Imaginad que estáis en un lugar tan poco selvático como Doha, en Catar, y os encontráis un tigre en una autopista. El animal viajaba en una furgoneta a la que se le abrió la puerta y salió rodando. No es raro ver tigres en las manos de las familias más ricas del Golfo Pérsico. Al final fue atrapado de nuevo.